miércoles, 19 de septiembre de 2007

El desafio de ver a Dios...


Ciertamente para aquellos que creemos en Dios, se suelen presentar en nuestra vida preguntas que nos dejan un poco perplejos, sin respuestas claras, y nos provocan algo de “acides”. Son preguntas “simples” pero profundas, y probablemente nos lleguen más, cuando nosotros mismos la planteamos, en nuestra soledad, en aquellos momentos emotivos y en busca de seguridades…

Se suele plantear de la siguiente manera: si Dios existe…

“¿Por qué no lo podemos ver? ¿Por qué no nos responde cuando le hablamos? ¿Por qué no se manifiesta más claramente? Existen razones para creer, de acuerdo; pero también razones para dudar... ¿No sería más sencillo que Su existencia fuera evidente?”

Estas preguntas provienen de diferentes ámbitos, desde el materialismo puro, hasta el puramente emotivo… “si me ama, que se muestre mas claramente”…

En primer lugar hay que tener en claro, el estilo de “pensamiento cultural” que se concibe en el mundo actual y que a todos nos influye de alguna u otra manera. Hoy se Sobrevalora lo sensible, lo empírico, lo palpable, lo que se ve, es famoso el: “si no lo veo, no lo creo”. Sin embargo es inmensa la limitación de nuestros sentidos y en particular el de la vista. (Y es en la que depositamos más nuestra confianza).

Si solo concebiríamos como realidad, aquello que podemos ver, nuestra realidad simplemente se limitaría, en definitiva, a lo que entra por medio de aquellos 2 agujeros en nuestro rostro, es decir, lo que abarca nuestro campo visual. Cuando en realidad es que existe un universo con miles de millones de kilómetros. Un inmenso universo, del cual nosotros simplemente captamos unos metros a nuestro alrededor…

Si el hombre, con toda su limitación, tanto desde lo intelectual como desde lo emocional, pudiera comprender la distancia que hay entre el Creador, el Ser Eterno, Infinito, Perfecto, Omnipotente, y el ser creado, temporal, finito, imperfecto, establecido en un espacio y un tiempo…solo entonces las preguntas estarían realmente fundadas.

Sucede que inconcientemente pensamos que lo que vemos, tocamos o oímos, es todo lo que existe, lo absoluto y lo que nos da seguridad; sin embargo los sentidos no nos dicen nada si no actuaran junto con la razón. Por otro lado, muchas veces, aquello que percibimos por los sentidos no dejan de ser un fenómeno “físico químico” y esto no nos permite encontrar la esencia de ese Dios. En realidad si pudiéramos, tocar, ver, oír y hasta razonar a Dios, estaríamos “cosificando”, haciendo un objeto de la ciencia a Dios. Cuando la realidad de su esencia supera nuestro entendimiento.

Hay que tener en cuenta también que es lo que generalmente se toma por Dios. Si a Dios lo viéramos, no sería Dios sino que sería una ilusión o una farsa. ¿Nosotros podríamos observar y comprender con nuestros ojos un ser que por definición abarca todo y nada puede superarlo?

Por otro lado, naturalmente el hombre necesita CREER, e inconcientemente creemos constantemente en muchísimas cosas cotidianas. Mejor dicho, vivimos en un mundo de creencias.

Mas haya de las pruebas o probabilidades de las cosas, constantemente creemos por ejemplo: en el diagnostico de un medico, en si tal o cual dieta me hace bajar de peso, en tal o cual hecho histórico, en lo que me enseña un profesor, o en lo que dijo el vecino. Muchas son las cosas que tenemos por cierto y aceptamos como verdad, en definitiva en las que creemos. Los sentidos nos pueden engañar y la razón puede fallar… por lo tanto terminamos creyendo, con mas o menos pruebas, pero creyendo.

El hombre naturalmente necesita afirmarse en una realidad que lo supera y a la cual de hecho no tiene una respuesta segura, y por eso es que cree.

Hasta el que dice no creer en Dios, en realidad CREE en la no existencia de un Dios. Es decir, todos creemos, es algo natural y necesario el tener que creer. Está tan presente en el hombre como el amor mismo, es tiempo de revalorar su papel en nuestra vida…

Pero volviendo al tema, ¿como encontrar a ese Dios presente en el mundo, si no lo vemos?

Primero debemos notar que el planeta esta muy acelerado y hace mucho ruido, como para querer encontrar a Dios, sin antes hacer un STOP y mirar el mundo, con objetividad, tranquilidad y serenidad. Debemos volver a conectarnos con la naturaleza, aquella que nos precede. Lamentablemente en las grades ciudades, nos movemos en un ambiente demasiado transformado por el hombre, edificios, autos, electrodomésticos… Todo en cuanto nos rodea, terminan siendo cosas que el hombre transformó, que domina y que utiliza para sus necesidades, que perfecciona y tecnifica. Esto no es malo, pero tanta abundancia, produce en nuestra percepción del mundo, la idea del “súper hombre”, el hombre que no necesita de Dios y todo está bajo su control…

Por eso, debemos querer encontrar a Dios, para poder verlo dentro del mundo moderno. Podriamos dejar de vivir todo mecánicamente.... no debemos ser una persona más, sino una persona que quiere hacer de su vida un camino a la felicidad. Ahondemos en nuestra dimensión espiritual muchas veces descuidada. Redescubramos la realidad del amanecer, que tiene algo especial que decirnos cada mañana.

Sin embargo, el primer lugar donde actúa Dios es en la conciencia, el lugar mas recóndito y sagrado del hombre, donde solo se encuentran el propio “Yo” y la “voz de Dios”. Es en ese lugar donde se descubre la presencia y la realidad del Dios, que guía todas las cosas… es lo que todos los hombres tenemos… (Porque hay ciegos, sordos, mudos, etc.) Pero la conciencia todos la tenemos, aunque algunos la tengan sucia o deformada o “durmiendo” (como un desmayado) de tal forma que no responda al exterior… pero está permanece en el interior, aquí se manifiesta la realidad del “yo” y de “Dios”.

Por eso, es preciso conocerse a si mismo, ahondar en la pregunta ¿Quién soy?, para encontrar y descubrir a Dios en mi interior, y así poder verlo en lo cotidiano…En la medida que yo encuentre en mi, “la dignidad y el valor” que me distingue de un cúmulo de células y reacciones químicas andando por el mundo, (lo que desde la ciencia somos), podré encontrar el creador de esa dignidad, podré ver esa “imagen y semejanza” (como dice la Biblia) de Dios.

Pues es así, que en el día a día, se pueden hallar los signos de ese Dios, en cada parte de la creación, en toda su perfección, desde la complejidad de un átomo, hasta la hermosura de un arco iris,…

Cuando nuestro corazón se maravilla, por la belleza de la naturaleza como al amanecer, al ver los bosques, el mar, las montañas, los ríos, el cielo, las estrellas, etc.… Se produce un cosquilleo dentro de nosotros y no nos alcanza con decir “que lindo“, “que bello”, “que hermoso”, sino que en la esencia de nuestra persona, es como que Dios nos interpela y dice…:- ¡Ves cuanta Belleza! Yo estoy…No te olvides…

Algunos podrán decir que Dios es un misterio… y si, lo es. Sin embargo, son los misterios los motores de nuestra vida, en la medida que conocemos todo, la realidad se vuelve estructural, monótona y desabrida… Los pequeños misterios de la vida, le van dando color y brillo, y el Gran misterio de Dios es el supremo misterio de esta vida. La riqueza de lo misterioso pero cercano, esa es la riqueza de Dios… Como la de aquel niño con su amigo invisible que lo acompaña, que lo escucha, que lo aconseja, que lo ama.

Dios nos va mostrando el plan de vida que piensa para nuestra felicidad en el día a día, en nuestras relaciones interpersonales, en nuestras capacidades, en nuestros gustos, en la palabra de un afecto, en la belleza de una canción u otro tipo de arte; así como también nos muestra lo que debemos ofrendar en nuestros dolores y sufrimientos.

Finalizando podemos decir, sin temor alguno, que la realidad de Dios se da en la tierra de manera ordinaria, de manera invisible, respetando las leyes naturales que el creó (con excepción de algún que otro milagro). Pero descubriendo en lo invisible realidades aun más importantes que las visibles, como lo son la alegría, la amistad, el perdón, la fraternidad, la compresión, la solidaridad y principalmente el Amor…

Si verdaderamente "Lo esencial es invisible a los ojos" (como dice el Principito)… ¿Cómo Dios no va a ser invisible?... Pero en todos lados deja su huella, y te habla en lo profundo del corazón…

“El que se fía simplemente de lo que ve, en realidad, cegó el espíritu”

“Felices los de corazón puro, porque ellos verán a Dios” (Jesús de Nazareth)

3 comentarios:

Romina dijo...

Chicos, realmente muy bueno el blog!!!!!!!. Yo creía que era una joven católica (tengo 27), al lado de ustedes, soy una persona mayor!!; aunque es según de donde se lo mire, pues considerando la profundidad de sus comentarios y la selección de imágenes y contenidos, soy una periodista novata!. Los invito también a mi blog: es http://apuntesdefe.blogspot.com/ y me entantaría contar con sus opiniones para mejorarlo, y seguir en contacto, intercambiar info, y demás. No dejo comentarios habitualmente, pero me salió hacerlo en vuestro blog, ya que me llegó!. Que DIOS LOS BENDIGA, ADELANTE CON ESTA TAREA!!! Romina

Anónimo dijo...

Lo que pasa es que dios no existe, es la simple respuesta, sino no moriria tanta gente inocente con ganas de vivir.

Jovenes con Ideales dijo...

Vos "crres que Dios no existe", lo respetamos pero... ¿vos crees que no sabemos que muere mucha gente inocente?... lo sabemos pero no responsabilamos a Dios por lo que muchas veces la libertad del hombre realiza... no nos interesa devatir este tema te dejamos nuestros razones para creer en:
http://deismo.iespana.es/ gracias por firmarnos